Mario Supereit y Brenda J. llegaron procedentes de Tijuana hace tres años con un pequeño artefacto de pop lo-fi.
Teclados de juguete sollozan tímidamente notas que son arropadas por leves capas de blurts y ruiditos provenientes de las primeras palabras de bebés robots.
Las melodías son canciones de cuna susurradas en una dialéctica niño-niña, acompañadas de vez en cuando por algunos escasos rasgueos de guitarra.
Tenemos a unos Young Marble Giants con sintes y laptops, un twee pop bonito y sonriente sin un atisbo de prepubertad a la vista y que no llega a momentos extremos de ternura y melcocha por la gracia de Dios y de unos arreglos contenidos en su afán de sonar cute.
intravenusino: 7.4
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